LOS 6 AMULETOS MÁS UTILIZADOS

¿Qué interpretación le damos a los amuletos?

Todos conocemos y hemos tenido algún que otro amuleto en nuestras manos. Suerte, fortuna, salud… son algunas de las interpretaciones que le damos a los amuletos, pero realmente sabemos qué es lo que representan o de dónde proceden.

Los amuletos son pequeños objetos a los que se les atribuye el poder de alejarnos del mal y rodearnos del bien y que, al llevarlos encima nos sintamos protegidos. También hay quien lo tiene como elemento protector de un lugar.

Veremos a continuación si su origen recae en leyendas, ideologías o religión y si lo que sabíamos sobre los amuletos es realmente cierto.

Ojo turco, amuleto contra el mal de ojo

El ojo turco u ojo griego también llamado nazar, es uno de los amuletos más conocidos, realizado tradicionalmente de forma artesanal mediante cristales de colores en forma de gota plana y estructurado en círculos concéntricos.

Se trata de uno de los amuletos más antiguos en Europa oriental usado como talismán contra el mal de ojo y las malas energías.

¿Pero de dónde procede exactamente? Se remonta a los tiempos del antiguo Egipto y Babilonia, creían que los malos augurios del ser humano se proyectaban en los ojos, ya que en ellos se encuentra la parte más expresiva del cuerpo. A raíz de ello los turcos crearon un talismán en forma de ojo para, como decían ellos, distraer al mal de ojo y así poder llevarlo siempre con ellos y sentirse protegidos en sus navegaciones.

Las embarcaciones turcas siempre representaban el ojo para protegerse de los peligros y las incidencias que pudieran encontrarse en el camino.

La costumbre nace de ello de llevar un ojo turco como escudo contra el mal de ojo y protección, se decía que con el amuleto se sentían seguros y tranquilos de que no les pasaría nada.

 Ojo Turco

Mano de Fátima, el amuleto que brinda protección

La mano de Fátima, también llamada Hamsa, es un símbolo que, como casi todos, brinda protección y prevención del mal de ojo, pero no sólo eso, sino que además aporta fidelidad, amor o lealtad.

Se representa con los cincos dedos, con la distinción de que el pulgar y el meñique son curvos e iguales, en su interior puede contener un ojo en medio, una estrella, una flor de loto o inscripciones religiosas.

Una de las historias del amuleto más conocidas trata sobre una mujer (Fátima), hija del profeta Mahoma. Se dice que mientras preparaba una sopa, observaba como su marido llegaba a casa con otra mujer. Tanto fue el dolor que Fátima sintió en su corazón que, sin darse cuenta, sumergió su propia mano en la olla. No le dolía, no le quemaba. Cuando al fin se dio cuenta de lo sucedido, fue el propio marido el que curó las quemaduras de la mano de Fátima, Pero el corazón de la misma ya estaba herido y nada podía sanarlo. Desde entonces, la mano se ha convertido en símbolo de fidelidad, pureza y protección para la mujer.

 Mano de Fátima

Trébol de cuatro hojas, el amuleto de la naturaleza

El motivo por el cual esta planta fue categorizada como amuleto es porque existen muy pocas en la naturaleza, de hecho, es una mutación genética.

Para buscar el origen de este amuleto nos vamos a culturas como los mayas, los celtas o los egipcios. Tenían este amuleto como el que brinda buena fortuna y, también, se atribuye a la tradición cristiana y, en concreto, a San Patricio.

El motivo es que la leyenda cuenta que San Patricio quería explicar a los celtas el concepto de “Trinidad” . Para ello salió a buscar un trébol, pero para su suerte se encontró uno de cuatro hojas. Por ello en Irlanda este amuleto tiene un fuerte detonante.

Los druidas que vivían en las Islas Británicas hacia el 200 aC creían que se trataba de un símbolo sagrado. Con el creían ser capaces de ver a los demonios y prevenir que se acerquen a ellos. Para los cristianos también tiene su vinculación porque la plata que Eva de llevó de paraíso fue un trébol.

Dentro de todas las versiones de este amuleto, destacamos la que cree que cada hoja tiene relación con un aspecto concreto de la vida: la salud, el dinero, el amor y la prosperidad.

Pero hay quien piensa que están vinculados a aspectos más terrenales como los puntos cardinales, las estaciones del año, los elementos de la naturaleza o las fases de la luna.

Trébol cuatro hojas

Cruz, protección contra el mal

La cruz es el más puro símbolo cristiano que mantiene la Iglesia, dónde vinculan los conceptos de divinidad y del mundo. También hay quien lo mantiene como amuleto de protección contra el mal.

Algunas interpretaciones místicas interpretan que la porción vertical representa la divinidad de Jesús y la horizontal su humanidad.

La cruz aparece siglos antes de la era cristiana en Egipto entre los jeroglíficos alusivos a la vida, y estuvo considerada como un poderoso amuleto. También aparece como adorno en prendas orientales y griegas sin significado explícito.

Cruz

Hilo Rojo, la leyenda de las almas gemelas

Existe una leyenda dónde explica que las personas que estén unidas por el hilo rojo están destinadas a ser almas gemelas, sin importar el tiempo ni las circunstancias, se encontrarán en algún momento de la vida. El hilo rojo puede enredarse, estirarse, tensarse o desgastarse… pero nunca romperse. La cita dice litera: «Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper».

Para la mitología China las relaciones humanas estarían predestinadas por un hilo rojo que los dioses atan al dedo meñique de aquellos que tienen destinado el encontrarse en la vida. La leyenda es firme: si el destino tiene preparado que te encuentres con una persona en concreto, así será.

Cuenta esta leyenda la historia de un emperador que quiso que una hechicera le encontrara, mediante el hilo rojo, a la mujer de su destino. La hechicera y el emperador siguieron su hilo rojo, el cual los llevó a un mercado dónde el hilo se paró en frente de una campesina pobre que estaba sentada en el suelo con un bebé en brazos.

El emperador al ver a la mujer pobre, pensó que era una burla de la hechicera. Ordenó que se pusiera en pie y de un empujón la tiró al suelo con su bebé en brazos, provocándole una gran herida en la cabeza. Para la hechicera se le ordenó que le cortaran la cabeza. Años más tarde, cuando el emperador debió casarse se le recomendó que se casara con la hija de un gran general, para su sorpresa, en el día de la boda al ver la cara de la mujer, pudo apreciar una cicatriz en la cabeza, ocasionada de una caída cuando era un bebé.

Pulsera hilo rojo

Letras y números, recuerdos de la vida personal

Generalmente cantidad de iniciales nos acompañan a lo largo de la vida, la inicial del nombre de tu madre, padre, pareja, hijos… Son cantidad de recuerdos y momentos que almacenamos y que cuentan tu vida personal. Ocurre lo mismo con los números, en nuestra cabeza tenemos grabados números que nos han seguido, que nos han traído suerte, o eso creemos, y que tenemos especial cariño.

Tanto las iniciales como los números son recuerdos que nos gusta guardar y querer llevarlos con nosotros, por ello es más común verlos en cantidad de lugares. Principalmente los podemos ver en colgantes o pulseras, incluso en objetos personalizados o tatuajes.

Regalar un colgante de una inicial o un número siempre ha sido todo un acierto, un detalle personal que a todo el mundo le gusta.